Dirt 3
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Para empezar, este DiRT 3 intenta volver a su cauce original dando
de nuevo el protagonismo que se merece a los rallies de formato
clásico o, lo que es lo mismo, que los tramos de la lucha contra el
crono ocupan más del 55% del título.
No menos de 100 etapas nos esperan en DiRT 3 donde han conseguido que realmente nos
sintamos como en un rally de verdad, tanto por ambiente, como por la
intensidad y diversión de sus etapas.
La variedad de superficies que encontramos marca nuestra manera de
conducir de una forma asombrosa. Y es que, como ya sabréis, no es lo
mismo llevar un coche por la fría y siempre resbaladiza nieve que
por la traicionera gravilla.
Pero la superficie no es el único elemento a tener en cuenta a la
hora de conducir nuestro vehículo en DiRT 3, ya que el propio coche
que llevamos tiene un peso fundamental en la forma plantear los
trazados. Tampoco es lo mismo tomar una curva con un Ford Fiesta que
con un Focus, básicamente por la diferencia de peso y potencia que
existe entre ambos, así como la diferencia entre ejes y demás
condiciones.
Una de las novedades más radicales que hemos encontrado en DiRT 3
viene en forma de modo de juego. La Gymkhana es un modo que nos
permite realizar auténticas virguerías con nuestro coche, saltos,
derrapes, esquivar obstáculos… Son solo una muestra de lo que nos
espera en este sensacional modo que, de la mano de Ken Block, se ha
convertido en todo un fenómeno social en Youtube con millones de
visitas.
A todos estos alicientes hay que sumarle la friolera de 50 vehículos
disponibles, donde encontraremos clásicos como el Lancia Fuylvia del
los años 1960 o bólidos más novedosos como el Ford Fiesta RS 2011,
que conduce el propio Ken Block.
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