El G25 no es un volante para "juegos
de autos", sino la herramienta perfecta para los
simuladores de conducción. Partiendo de esta premisa
analizamos uno de los periféricos más impresionantes de
la serie G de Logitech.
El G25 es compatible con PS2, PS3 y PC. Para comprobarlo
conectamos el conjunto a un PC y empezamos a jugar a
simuladores como Live for Speed, NetKar Pro, rFactor y
la serie GTr de Simbin. En cualquiera de estos juegos el
G25 da todo de sí y es entonces cuando comprobamos que “todo”
en este volante, es mucho.
Con esto queremos decir que si bien el G25 es ideal para
disfrutar de juegos como Need For Speed, Burnout o
cualquier juego de EA como los Formula 1 o los Nascar,
cuenta con determinadas características que le adecuan
más a un nivel superior dentro de la simulación de
conducción. Lo más evidente es que cuenta con pedal de
embrague, seguido de un volante con una capacidad de
giro real de 900º y de contar con una palanca de cambios
secuencial o en H.
El volante
Está fabricado en acero esmerilado recubierto de piel
natural cosida a mano.
El tamaño del propio volante es otra seña de identidad.
Se va hasta los 28 cm de diámetro que combinados con sus
900º de rotación lo convierten en una réplica exacta de
un volante real de competición. Tras el volante se
sitúan dos levas independientes de cambio de marcha
fabricadas también en acero y de un tamaño considerable.
Además, para los dos pulgares Logitech sitúa sobre el
volante dos pequeños botones programables.
Si el volante es una maravilla por su estética, pero tras él se
esconde otra cosa genial, pero esta vez tecnológica. Bajo
una carcasa de plástico también de cuidado diseño y
reducidas dimensiones se esconden dos motores Force
Feedback. El uso combinado de dos motores independientes
permiten elevar aún más el realismo de las sensaciones
FF. Por último, la fijación al escritorio se hace
mediante dos enganches roscados. Estos “tornillos”
permiten ser ocultados mediante una simple presión una
vez que hemos acabado de fijarlos. Además dispone de dos
orificios mediante los cuales es posible atornillar de
una forma más permanente el volante. Este tipo de
detalles son los que un producto de este tipo pase de “muy
bueno” a “excelente” y como él, vamos encontrando muchos
más a medida que usamos el G25.
Bajo la base se encuentran las cuatro conexiones
necesarias para el volante; corriente eléctrica, pedales,
palanca de cambio y conexión USB. Todos los cables
quedan perfectamente conducidos hacia delante mediante
unos canales pero luego deberemos ser nosotros los que
evitemos que esos cables se enmarañen.
Los Pedales
Se mantiene lo observado en el volante, pero si el
volante del G25 le saca un par de cuerpos a cualquier
otro volante visto hasta el momento, sus pedales parecen
de planetas diferentes. A primera vista destaca el
exquisito acabado con los propios pedales fabricados en
acero y rematados con goma antideslizante y montados
sobre lo que según Logitech son pistones neumáticos de
un llamativo color rojo.
Como no puede ser de otro modo, cada uno de los tres
pedales tiene su propia resistencia y distancia de
recorrido. Destaca el pedal del freno, ofreciendo una
dureza que, aunque no llega a la ofrecida por un freno
real, es mucho mayor de lo que ofrecían otros productos
similares.
La ubicación de los pedales también está pensada para
mejorar la simulación, permitiendo hacer el clásico
punta/tacón entre freno y acelerador, si bien el hecho
de que ambos pedales estén en su posición inicial a la
misma altura, lo hace algo incómodo.
La base de los pedales se muestra efectiva a la hora de
fijarse al suelo, aello contribuye el alto peso del
conjunto que, además, le confiere una agradable
sensación de resistencia y durabilidad.
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