El cambio
Como tercer elemento del G25 tenemos la palanca de
cambios donde, además de la propia palanca, se
distribuyen un conmutador para cambiar de cambio
secuencial a manual en H, cuatro botones programables,
un botón “de flechas” de cuatro posiciones y otros
cuatro botones más en la parte superior.
La palanca de cambio, bastante corta, cuenta con un
faldón hecho con cuero, al igual que el pomo. En la
parte superior de la palanca una terminación en plástico
muestra la clásica configuración de seis marchas
manuales. Esta
palanca tiene seis posiciones más la neutral, con lo que
podemos configurarla para usar 5 velocidades más marcha
atrás o seis velocidades. Desde el “punto muerto”,
pulsando en la propia palanca y mediante el conmutador
que la acompaña, podemos variar la transmisión de manual
a secuencial, con lo que la palanca pasa a fijarse en el
centro y a permitir sólo el desplazamiento en vertical.
El comportamiento de la palanca nos hace olvidar la
sensación de “simulador total” que teníamos tanto con el
volante como con los pedales. La palanca se mueve de una
forma precisa, tanto en manual como en secuencial, pero
nunca llega a dar la sensación de ser un cambio “real”.
Además ofrece una sensación mucho más endeble que el
resto del conjunto y estéticamente no es tan apabullante.
En definitiva, si podemos encontrar algún punto flaco en
el G25, lo vamos a hacer en el cambio.
Conduciendo
Como en la mayoría de los periféricos Logitech, se deben
instalar los controladores antes de conectar el
dispositivo. La herramienta de configuración de
Logitech, además de las consabidas calibraciones,
permite cuestiones tan interesantes como ajustar la
fuerza de los motores FF o, más importante, reducir la
rotación del volante. Originalmente el volante gira
hasta sus 900º límite, pero podemos ajustarlo a nuestro
gusto de conducción y dejarlo en los 200º de un F1.
Junto a los controladores se incluye la demo del
excelente rFactor, con lo que estamos listos para
aprovechar el G25 al 100% desde el primer minuto. La
ventaja de esta demo es que viene preconfigurada para
este volante, con lo que evitamos perder largos minutos
con las calibraciones y asignación de ejes que requiere
un juego de este tipo al instalar.
Tanto en rFactor como en GTR2 o LFS el volante aprovecha
todo su potencial: embrague, cambio manual y, sobre todo,
un Force Feedback muy trabajado. La sensación al empuñar
el volante son todo lo positivas que cabe esperar. Los
dos relieves a las 10 y a las 2 son otro de esos toques
de calidad tan de agradecer. Una vez con el coche en
marcha, lo primero que sorprende es la “nobleza” de los
dos motores FF. Son mucho más silenciosos que otros
productos similares, incluyendo los volantes Momo de
este mismo fabricante y que sólo llevan un motor. La
fuerza de estos motores es impresionante. Sin llegar a
funcionar a su 100% son más que suficientes para
hacernos pasar más de un apuro sujetando el volante.
Pero lo mejor llega cuando entramos realmente en la
conducción. Sencillamente nunca nos habíamos encontrado
con un FF tan logrado. Por ejemplo, seremos
perfectamente conscientes de que nuestro coche está
perdiendo adherencia atrás en un sobreviraje sólo “sintiendo”
el volante y notaremos perfectamente cuando recupera la
tracción y sentimos ese breve latigazo corrigiendo la
dirección. Notaremos cuando en una curva las ruedas
están al límite y nos arriesgamos al subviraje y
comprobaremos cómo el volante pierde toda la resistencia
al giro una vez perdemos el agarre y nos vamos recto… en
definitiva, real.
Algo parecido ocurre con los pedales, con el G25 en el Live For Speed es como si un
amigo te dejase su deportivo. Se tratará de comprobar lo
rápido que puedes moverlo con seguridad, porque
conducirlo lo vas a conducir exactamente igual que
conduces tu auto todas las mañanas… ¡sólo tienes que
agarrarle la medida al embrague para que no se te vuele!
A ello ayuda la ajustada resistencia del freno, el
recorrido del acelerador y la precisión total con que
responden…
Conclusiones
No nos cabe duda de que el G25 es el mejor volante que
existe en el mercado. Es evidente que se puede mejorar y
sin duda veremos cómo se mejora pero la diferencia
respecto a otros conjuntos de volante/pedales es tan
grande que nos obliga a “recalibrar” nuestro sistema de
puntuación.
Se trata de un volante imprescindible para cualquiera
que pase sus horas frente a simuladores como los que
hemos citado.
Fuente:
meristation.com
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